Hace una semanas hablamos de la necesidad de verificar los contenidos que compartimos, un proceso fundamental que el ritmo frenético de la red nos hace olvidar demasiado a menudo, incluso a los profesionales. Unos buenos hábitos de verificación no sólo nos ahorrarán algunos tweets vergonzosos, también nos permitirán destapar fakes (contenidos falsos) publicados por otros, que es otro tipo de exclusiva más cuidadosa con nuestra credibilidad y reputación.
Las fotografías falsas son contenidos que se difunden con rapidez por la red, especialmente cuando se atribuyen a noticias de actualidad, como los desastres naturales. Algunas de las fotos del huracán Sandy en Estados Unidos que publicaron internautas de todo el planeta eran falsas, incluso medios como The Washington Post cayeron en la trampa.
Conclusión: Que muchos lo hayan publicado no garantiza que un contenido sea auténtico: ¡no externalicemos la verificación! Si queréis más ejemplos, echad una ojeada al Tumblr Is Twitter Wrong? del periodista Tom Phillips, ¡os divertiréis!
A grandes rasgos, las imágenes falsas que circulan por internet se pueden clasificar en tres grupos: imágenes reales que corresponden a acontecimientos pasados y se atribuyen erróneamente a hechos actuales; imágenes manipuladas con Photoshop que se distribuyen como reales y fotos manipuladas en el pasado que resurgen cíclicamente.
Os recomendamos tres herramientas sencillas para detectarlas antes de compartirlas en las redes sociales:
– Búsqueda inversa con Google Imágenes. Normalmente escribimos palabras para obtener resultados, pero el buscador también permite subir una imagen para obtener otras imágenes parecidas. Una manera rápida de ver si una imagen se ha publicado previamente en la red.
– TinEye es otra herramienta útil para conocer la procedencia de una imagen y desenmascarar rápidamente imágenes falsas. Sus funciones son parecidas a la búsqueda inversa de Google (ofrecía este servicio antes que Google), pero hay quien sostiene que funciona mejor.
– Comprobar los metadatos de la imagen. Cuando tomamos fotografías digitales, la cámara guarda automáticamente una serie de datos sobre la imagen: fecha, hora, modo de captura, etc. La web Jeffrey’s Exif Viewer permite subir una imagen y ver sus metadatos. ¡Ojo! La ausencia de datos es un dato: alguien puede haberlos borrado.
¿Qué más? Ah, ¡sí! Las herramientas que todos llevamos incorporadas, aunque a menudo lo olvidamos: el sentido común y los dos ojos de la cara. Mirar con atención la imagen (el tiempo o el idioma en el que están escritos los carteles, por ejemplo) y contrastar con otras informaciones, como el tiempo que hacía el supuesto días en el supuesto lugar (el buscador de respuestas Wolfram Alpha ofrece este servicio), sigue siendo la mejor manera de detectar elementos sospechosos.