Facebook, Twitter, Youtube… son herramientas sin las cuales ya no sabemos vivir. Se han incorporado a nuestra vida cotidiana y ahora los necesitamos tanto como el aire que respiramos. Pero, ¿quién decide las reglas que los rigen? ¿Qué medidas de control y protección tenemos? Hoy por hoy, únicamente la presión que podemos ejercer como usuarios, que esta semana ha permitido que Facebook accediera a retirar un polémico vídeo que mostraba la decapitación de una mujer en México y a modificar su normativa.
En mayo, Facebook cedió a las peticiones de los usuarios que exigían que se controlara la publicación de contenidos violentos. Hace unos días, sin embargo, la red social se desdijo y relajó la normativa con el argumento de que es responsabilidad de los usuarios elegir los contenidos que comparten y consumen. Tras el polémico vídeo de la decapitación de la mujer en México y el consecuente aluvión de críticas, Facebook ha vuelto a retractarse y ha comunicado que sí que eliminará contenidos que denoten ” placer sádico” o “celebren la violencia”.
Durante años los derechos civiles han protegido a los individuos de los posibles abusos de gobiernos, grandes empresas y otros individuos. Pero ni Facebook ni Twitter ni Youtube están obligados a cumplir la legislación surgida de las instituciones democráticas. Tienen sus propias reglas, que son las reglas de empresas privadas que, como mucho, tienen algunas obligaciones legales en los Estados Unidos.
En su sitio web, Facebook lo deja bien claro: “Esta Declaración de derechos y responsabilidades tiene su origen en los Principios de Facebook, que contienen las condiciones de servicio que rigen nuestra relación con los usuarios y con todos aquellos que interactúan con Facebook. Al utilizar o acceder a Facebook, muestras tu conformidad con esta Declaración”. Nada de Constitución, nada de Código Civil, nada de normativas internacionales de respeto a los Derechos Humanos.
En dicha Declaración, Facebook exige a los usuarios, entre otras cosas: “No publicarás contenido que contenga lenguaje ofensivo, resulte intimidatorio o pornográfico, que incite a la violencia o que contenga cuerpos desnudos o violencia gráfica o injustificada”. Sin embargo, los comunicados cruzados de la red social de los últimos días muestran la ambigüedad de estas normas y la arbitrariedad con la que se eliminan contenidos con el argumento de que violan las condiciones de uso del servicio. Mientras Facebook se ha mostrado extraordinariamente cómodo con contenidos violentos, los “cuerpos desnudos”, incluidas fotografías de mujeres amamantando a sus hijos o desnudos artísticos, y cualquier cosa relacionada con sexo, como imágenes de juguetes eróticos, se continúan censurando con no menos sorprendente facilidad.
Desde aquí queremos dar apoyo al trabajo de instituciones independientes como la Global Network Initiative, que busca impulsar el compromiso de las grandes compañías del sector de las TIC para respetar y defender los derechos de los usuarios, independientemente de sus intereses comerciales y de las presiones que reciban de los gobiernos. Nos corresponde a nosotros, ciudadanos de todo el mundo, exigir a nuestros gobiernos que trabajen para garantizar que nuestros derechos civiles se respeten en la red tal y como se respetan en otros ámbitos en una sociedad democrática.